viernes, 3 de julio de 2015

CRISTO QUITA LA ANSIEDAD EN EL CRISTIANO
Escrito por : Margoth Salas
1ª Pedro 5:6-10
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
Aquí vamos a ver un versículo que nos habla acerca de nuestra condición , mucha de las veces hay pecados o situaciones difíciles en nuestra vida, somos cristianos, somos salvos, entendemos lo que es la salvación, sabemos a donde vamos cuando nos toque morir, tenemos una iglesia, tenemos tantos beneficios en esta vida, pero hay una cosa que a pesar de ser cristianos batallamos con la Ansiedad, a pesar de ser cristianos, muchas veces caemos en la ansiedad.
El Versículo 7 nos dice que echemos toda nuestra ansiedad sobre El, por que El tiene cuidado de nosotros.
La ansiedad y el estrés son las enfermedades mas comunes de esta era moderna, las clínicas están llenas para solucionar este asunto. La ansiedad se define como un sentimiento de intranquilidad e inquietud, es un estado de agotamiento o zozobra del animo, la ansiedad es algo que no es, algo que todavía no pasa, pero que tenemos miedo a que pase.
A veces andamos demasiado preocupados por “lo que quizás va a pasar”, cuando ni siquiera les llega ese momento, ¿les ha pasado eso? A veces somos cristianos, somos salvos, confiamos en que Cristo nos ha salvado, ¿ pero, por que andamos ansiosos a veces? Pensando en que quizás va a suceder algo que quizás ni va a suceder, pero eso cautiva nuestra mente, toma el control de nuestra mente y al tomar el control de nuestra mente, toma el control de nuestra actitud muchas veces, andamos todos decaídos, andamos todos decaídos, con una actitud indiferente, por que hemos caído en la ansiedad, en andar pensando que quizás va a pasar algo que posiblemente ni va a pasar.
En el nuevo testamento la palabra se traduce al español como ansiedad o como no se preocupen o no se afanen, la palabra viene del vocablo griego que quiere decir: tener una mente dividida, alguien ansioso es alguien que no carga su mente bien firme, anda indeciso en su mente, anda preocupado entre un pensamiento y otro, la ansiedad es el preocuparse por el futuro, ¿Qué va a pasar en el futuro? ¿y si me pasa esto? ¿y si me pasa aquello?, hermanos andamos demasiado ansiosos y por eso dice: echando toda vuestra ansiedad sobre El.
Mateo 6:24-34
24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.[a]
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
La ansiedad es falta de fe.
Guardamos demasiada ansiedad, de donde surge la ansiedad, y en este pasaje vemos que es de tantas preguntas que nos hacemos, la ansiedad surge de ¿Qué va a ocurrir mañana? ¿Qué será de mi vida? ¿Cómo me va a evolucionar esta enfermedad? ¿Tendré trabajo mañana? ¿ganaré lo suficiente para sostener a mi familia? Tenemos tener del futuro, temor al mañana, temor al rechazo, de todas esas preguntas viene la ansiedad.
El futuro nos atemoriza, nos cautiva muchas veces el temor de lo que va a pasar. La ansiedad es falta de confianza en Dios.
Genesis 32:1:7
Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios.
2 Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.[a]
3 Y envió Jacob mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom.
4 Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora;
5 y tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia en tus ojos.
6 Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él.
7 Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos.
Jacob empezó a pensar: ¿ si viene mi hermano y quizá me mata? Quizás esto y quizás el otro, muchas veces la ansiedad son cosas que pensamos que van a suceder y que posiblemente ni van a suceder, pero como nos cautiva la mente eso y como nos tiene como presos, nos hace tomar otra actitud y hasta nos impide hacer lo que debemos de hacer por que vivimos cautivados por la ansiedad.
Cuantas veces andamos preocupados por el futuro y ni disfrutamos el presente y posiblemente ni vamos a disfrutar el mañana, nos la p asamos preocupados hoy por lo que va a pasar mañana y ni disfrutamos hoy. Demasiados ansiosos, demasiados afanados.
Dios quiere que confiemos en El, que echemos toda nuestra ansiedad sobre El. El quiere, El desea que echemos nuestra ansiedad sobre El, que no ande todo temeroso, medroso, decirle: Señor, tengo que esta intención, esta pasando esto, que se haga tu voluntad! Como tu quieras! Yo voy a descansar.
Muchos hombres de la Biblia tuvieron ansiedad como nosotros, pero no permitieron que la ansiedad los invadiera, David, Jacob, Jeremías, pero la diferencia es que no dejaron que la ansiedad los dominara, los cautivara, decían: tengo problemas, tengo dificultades pero voy a confiar en Dios.
Salmos 55:1-6
Escucha, oh Dios, mi oración,
Y no te escondas de mi súplica.
2 Está atento, y respóndeme;
Clamo en mi oración, y me conmuevo,
3 A causa de la voz del enemigo,
Por la opresión del impío;
Porque sobre mí echaron iniquidad,
Y con furor me persiguen.
4 Mi corazón está dolorido dentro de mí,
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
5 Temor y temblor vinieron sobre mí,
Y terror me ha cubierto.
6 Y dije: !!Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Muchas veces viene satanás a nuestra mente y nos trae pensamiento, nos trae ideas de que quizás te pasa esto, quizá saben de esto, quizá esto, quizá aquello.
Dice David, vinieron y me atemorizaban, tenia temor de lo que iba a pasar, pero en mucho de los salmos David vemos como confiaba en Dios, decía: si tengo dificultades, si tengo preocupaciones, ansiedad, pero no voy a dejar que la ansiedad supla o supere el poder de Dios.
Dios prometió estar con nosotros y quiere que confiemos, la ansiedad se va a suplir o extinguir cuando uno pone su confianza en Dios.
Cuando uno pone la confianza en Dios no va a ver lugar para la ansiedad.
Salmos 56:3
En el día que temo,
Yo en ti confío.
Una de las causas por que andamos con ansiedad es por que no oramos, nos preocupamos demasiado, pensamos demasiado y lo que menos hacemos es orar.
David tenía temor, pero confiaba en Dios, nosotros tenemos temor, pero no confiamos en Dios, no le dejamos las cosas a Dios.
Salmos 55:22
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
Dios nos exhorta a echar nuestras cargas sobre El.
Hay muchas cosas que no podemos solucionar, y ¿para que cargarlas entonces?
No tiene sentido afanarse por las cosas que uno puede controlar, por que si se puede controlar no tiene sentido afanarse y No tiene sentido afanarse por las cosas que uno no puede controlar, por que si no se puede controlar para que te afanas.
Hay cosas que no se pueden controlar pero como quiera te afanas y como quiera no las controlamos y hay cosas que podemos controlar y nos afanamos y tampoco las controlamos, muchas veces es mas la preocupación la ansiedad que cargamos y no arreglamos nada muchas veces.
El no estar ansioso no significa que uno no planee. De decir; me acuesto y no me preocupo de nada si voy a comer o no, si voy a pagar la renta o no.
Puedes planear algo sin afanarte.
Cristo no estaba en contra de planear. Habla a favor de la planeación.
La mejor forma de combatir la ansiedad es la oración.
Muchas veces Cristo nos ha salvado, nos ha perdonado, borrado nuestros pecados pero nosotros seguimos con nuestro costal de pecado cargándolo. Dios te perdono a ti y borro tus pecados, ¿ pero por que seguimos angustiados? Medrosos por el pasado por el pasado y por el futuro, andamos cargando cargas que no nos corresponden.
La ansiedad puede cargar enfermedades si no tenemos cuidado, en nuestro cuerpo o mente.
Puede ser causa de angustia, puede mermar la productividad, afecta negativamente la forma en que usted trata a otros, reduce la capacidad para servir a Dios.
Hebreos 4:16
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Tenemos el trono de la gracia, antes no se podía entrar, estaba el lugar santo y santísimo, estaba el velo y no cualquiera entraba a ese lugar, pero cuando Cristo murió se rasgo el velo y ahora tenemos acceso. Cualquier persona puede entrar en el lugar que quiera a la hora que quiera. Pero por que no lo hacemos? Preferimos vivir con nuestra ansiedad, vivir con nuestras aflicciones, cuando podríamos ir y decirle, descargar nuestra ansiedad simplemente.
Una de las cosas para combatir la ansiedad es que usted coloque a Dios en primer lugar. Busque al Creador y permita que el sea el numero uno en su vida.
Tenga una actitud positiva ante la vida. Pensamos cosas que ni van a pasar. Cuando un muchacho quiere conquistar a una chica, todavía ni le dice nada y esta pensando: ¿ y si me dice que no? Cosas así, y la ansiedad te gana, muchas veces pensamos asi cuando ni va a pasar nada. Pero mientras en tu mente ya estas siendo cautivado, ya estas siendo derrotado por la ansiedad.
Confía en que Dios conoce tus necesidades.
Crea que Dios le proveerá lo necesario para su vida.
Evite especular con el futuro. Sacamos demasiadas cosas que ni van a pasar. Dios tiene el control de todo, podría aun hasta evitar las cosas que quizás si van a pasar, El podría evitarlas.
Hay confianza en que si yo le digo a Cristo las cosas, el no va a ir a decirle a otros, yo puedo ir con confianza a decirle mis angustias, mis fallas, temores y estoy seguro que El no le va a ir a decir a otros, hay confianza en El.
El tiene cuidado de nosotros, el nos ama, el promete cuidarnos. Isaías 41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
La ansiedad es por no creer esto que muchas veces dice, no estar confiando en lo que Dios dice. Cristo dijo: he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, Yo voy a estar contigo, entonces por que tienes temor? Por que andas todo ansioso? Medrosos, el problema es que muchas veces nosotros no andamos con El.
Debemos de confiar en Dios.
Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Cristo quiere que uno confíe en El, le eche sus cargas, les deje todas sus aflicciones y problemas, muchas veces no podemos solucionar los problemas, así que si no podemos para que cargarlos, que El sea el que se encargue de eso, que arregle la situación, esperar en la Gracia de Dios.
Filipenses 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Exprésele a Dios lo que quiere, lo que le aflige, dígaselo, déjele a El sus cargas y el arreglara nuestros caminos.
La ansiedad no nos quita la salvación, no nos quita muchos beneficios de Dios, pero nos puede estorbar para servir a Dios como deberíamos de servirle.
Podemos confiar en El. Ya sea pecado, temor, angustia ir y decírselo a Dios y dejárselo en sus manos y dejar de andar especulando, pensando cosas que quizás ni van a suceder.
https://www.facebook.com/mujeresguerrerasparaDios/posts/1597201263874543:0

Como identificar a los falsos maestros, profetas y pastores según el profeta Jeremías
Escrito por: Margot Salas
Desde las más tempranas edades, los seguidores del Dios vivo y verdadero han tenido que luchar contra los falsos profetas, maestros y pastores. La seria instrucción negativa y la severidad espiritual causadas por estos “ciegos guías de ciegos”, (como los llamó Jesús), es que todos terminan cayendo “en el hoyo” (la condenación eterna).
El escritor bíblico que más comentarios hace acerca de los falsos guías religiosos es Jeremías. Les comparto, pues, un estudio de sus comentarios; para familiarizarnos con lo que los falsos religiosos dicen, hacen y cómo destruyen.
Podremos ver las similitudes con los modernos profetas, maestros y pastores falsos que hoy día igualmente trastornan la vida espiritual de los creyentes y tuercen las verdades de Dios, llevando a las multitudes al error.
Veremos que a través de sus escritos, Jeremías dedica unos ochenta versículos para condenarlos. Para nuestro estudio tomaremos las citas principales, y las analizaremos para conocer mucho mejor a estos perniciosos y falsos guías religiosos. Conociendo sus tácticas podremos con más facilidad identificar a los falsos profetas, maestros y pastores que hoy confunden, ciegan y destruyen espiritualmente al pueblo de Dios.
(Jeremías 2:8) “Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha”.
Jeremías identifica a sacerdotes, pastores y profetas que habían traicionado su llamamiento.
Dios había asignado a estos tres grupos de líderes religiosos la tarea de revelar sus verdades y mandamientos. (Deuteronomio 33:10 “Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, y el holocausto sobre tu altar”. (Malaquías 2:7-8) “Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Levi, dice Jehová de los ejércitos”. Sin embargo, entre los fieles, se levantaron falsos imitadores que pretendían ser los mensajeros de Dios.
En los días de Jeremías los “maestros”, es decir los levitas (los que habían sido llamados por Dios específicamente para enseñar su ley), ahora actuaban como si esa ley no existiera, e ignorándola, enseñaban lo que más les hacía aceptados y populares. Los “pastores” (estos no solo representaban a los líderes del templo sino también a los dirigentes políticos) se rebelaron contra mí, dice el Señor. Esos falsos líderes no querían relacionarse con el verdadero Dios ni con Sus verdades. Solo buscaban los beneficios que acompañan a aquellos que en verdad sirven a Dios.
Pretendían ser de Dios, pero realmente eran unos mentirosos, lobos vestidos de ovejas. Se parecían a los liberales religiosos de nuestros días que piadosamente se declaran mensajeros de Dios, aunque niegan la veracidad de la Biblia, la eficacia de Jesucristo, y abiertamente apoyan los pecados que la Biblia condena.
Por su parte los “profetas” en los días de Jeremías (esta representa la tercera agrupación llamada por Dios para proclamar su mensaje) actuaban como aquellos que no conocen a Dios. Jeremías los acusa de profetizar “en nombre de Baal”. Baal significa “sin valor”, o “sin provecho”. Al parecer, Jeremías hace un juego de palabras, señalando que los falsos profetas profetizan lo que no aprovecha. Es decir, sus mensajes no tienen contenido, son vacíos, sin respaldo bíblico.
¡Qué parecido a nuestros días! Ponen a un lado la Palabra de Dios y la sustituyen con visiones y mensajes propios, huecos, sin sustancia y sin provecho.
Jeremías 5:30-31 “Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?” El profeta Jeremías, viendo la funesta conducta inmoral del pueblo, señala como culpables a los falsos maestros. Predicar, enseñar y profetizar mentira engendra una conducta “espantosa”.
Veamos los pasos producidos por el error: Aquellos que debieran haber enseñado la verdad para formar un pueblo recto y moral habían traicionado su deber, convirtiéndose en los que con sus mentiras respaldaban cosas espantosas y feas en la tierra. Los más culpables eran los profetas. En lugar de denunciar el pecado para llevar al pueblo al arrepentimiento, lo que hacían era predecir prosperidad, salud y bienestar.
El pueblo, hipnotizado por sus promesas falsas, tranquilamente continuaba pecando y alejándose de Dios. Por su parte, los sacerdotes (pastores) flojamente dirigían por manos de ellos (por su propia autoridad) en lugar de seguir los principios dados por Dios en Su Sagrada Palabra. Adormecido espiritualmente, el pueblo no solo aceptaba su estado, así lo quiso. Le gustaba la prédica de profetas y pastores indulgentes que ni hacían demandas ni denunciaban el pecado.
Jeremías, al contrario, se quedaba asombrado: ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin? Un día cada persona tendría que sufrir las consecuencias de esta indiferencia espiritual. ¡Cuán grande sería el juicio que les esperaba!
Jeremías 6:13-14 “Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz”. Jeremías se queja porque en vez de buscar a Dios, todo el mundo codicia lo material. Los sacerdotes y profetas, a causa de sus enseñanzas falsas, tenían la culpa. Todo el pueblo, desde el más chico de ellos hasta el más grande, seguía el ejemplo de esos maestros espirituales falsos, todos buscaban las cosas de esta tierra en lugar de buscar lo eterno. Los líderes espirituales, desde el profeta hasta el sacerdote, falsa y engaños amente enseñaban a la gente a vivir para el ahora. Dios, la eternidad y lo espiritual eran puestos a un lado. Todos buscaban dinero.
Curan la herida de mi pueblo con liviandad, es decir, los anhelos más profundos del corazón eran apagados por mensajes y palabras insignificantes y vacías de los profetas, maestros y pastores. En medio de la turbulencia e inseguridad política en que vivían, el mensaje engañador de los maestros espirituales era paz, paz; y no había paz.
Tan endurecidos estaban a cuenta de sus pecados que no estaban dispuestos a recibir la verdad ni responder a ella. En 8:10-11 Jeremías repite el mismo mensaje.
Busque: Jeremías 14:13-15
Acerca de estos profetas, pastores y maestros Dios declara: No los envié, ni les mandé, ni les hablé. Tenemos que recordar que se levantan hombres que pretenden enseñar y profetizar en nombre de Dios, pero en verdad están lejos de Él. Ni parte ni suerte tenía Dios con ellos. Jeremías, el verdadero profeta de Dios, tiene preocupación por las profecías hechas por los falsos mensajeros: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera. El mensaje de Jeremías era uno de arrepentimiento, el de ellos era de tranquilidad. ¿Cuál era el mensaje verdadero? Dios responde: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan. Claramente enseña que en el pueblo se levantan pretendientes religiosos que se han auto nombrado, auto inspirado y auto enseñado.
Todos pretenden hablar en el nombre de Dios, pero son impostores. El mensaje de ellos se caracteriza por cuatro cosas: Visión mentirosa, adivinación, vanidad, y engaño.
La base de su proclamación no es la Biblia, es inventada por la mente de ellos mismos (véase 2 Timoteo 4:3-4). El verdadero profeta de Dios llama al pueblo a regresar a Dios (no es un mensaje que da falsa tranquilidad y esperanza). Ellos denuncian el pecado y piden reconciliación con Dios, por lo tanto no son populares. Terrible es el juicio divino que le espera a todos los profetas falsos. No hay pecado más terrible de aquel que escoge ser impostor. Falsificar el nombre de Dios, y engañar al pueblo es horriblemente pecaminoso.
Busque: Jeremías 23:9-15
Dos cosas dejan a Jeremías atónito: La terrible ruina espiritual creada por los falsos profetas, y el terrible juicio que ahora vendría sobre el pueblo y ellos. En estos textos se nos da un vistazo al corazón de Jeremías.
Como siervo fiel de Dios, viendo lo enorme de las ofensas contra Dios cometidas por el pueblo, y comprendiendo que esto era el resultado del engaño de los líderes falsos, y conociendo el carácter verdadero de Dios, ahora contempla el juicio terrible que Dios le revela está a punto de caer sobre todos (No olvidemos que es su pueblo amado y es su nación). La realidad de ese juicio le deja con corazón quebrantado y sus huesos temblando (Dé monos cuenta que aunque el siervo fiel de Dios condena el pecado e invita al arrepentimiento, él no se deleita en el castigo divino. Al contrario, esa realidad es lo que le motiva a trabajar y advertir al pueblo). Encima de eso porque también es profeta, considera el severo juicio que le espera a los falsos profetas, maestros y pastores, lo que le deja atónito, como un ebrio, y como hombre a quien dominó el vino. El juicio divino nunca alegra; por su realidad deja a los fieles siervos de Dios estupefactos. El verdadero siervo de Dios sufre al ver a su pueblo entregarse al pecado y al escuchar a los líderes (profetas, maestros, y pastores) predicar falsedad. Sabe que por repudiar a Dios y representarlo mal, les espera un terrible y justo juicio. Empleando este pasaje que estudiamos,. , hace un resumen del carácter inmoral de los falsos maestros (véanse a Isaías 28:7-13; Ezequiel 13:1-16; Miqueas 3:5-12):
1. Usan el nombre de Dios sin autorización.
2. Manifiestan no solo el adulterio, sino todo tipo de inmoralidad.
3. En sus consejos animan al pecado.
4. Propagan falsas esperanzas ante sus seguidores.
5. La fuente de su predicación no es Dios, sino su propia mente o lo dicho por otros mensajeros falsos.
6. No son ni llamados ni enviados por Dios.
7.NO practican dentro de su hogar buenas costumbres y salen a los templos a predicar dando consejos chuecos y son unos mentirosos,cuando ni su primer ministerio esta formado.
Por animar la idolatría, por vivir en inmoralidad, por su indiferencia a lo justo, por su tolerancia del pecado, y por sus palabras engañosas todos los líderes falsos son culpables de endurecer los corazones del pueblo. Así que ante los ojos de Dios todo el pueblo se convierte en uno pecaminoso como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. Por haber envenenado los manantiales espirituales del pueblo, los líderes espirituales, en particular, son los más culpables y los merecedores del mayor castigo. El Señor declara: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.
Busque: Jeremías 23:16-24; 25-32
En este pasaje Jeremías revela las tácticas sutiles usadas por los falsos profetas para ganarse al pueblo. También declara el juicio divino que les espera. Declara que si hubieran hablado realmente en el nombre de Dios, habrían advertido al pueblo y lo hubieran llevado al arrepentimiento. Primero miremos las tácticas sutiles usadas por los falsos profetas para atraer y luego captar la atención y lealtad del pueblo:
A. Hacen atractivas promesas que luego no pueden cumplir: Os alimentan con vanas esperanzas.
B. Inventan visiones pretendiendo que vienen de Dios: Hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.
C. Declaran que lo que dicen viene directamente de Dios: Dicen atrevida-mente… ”Jehová dijo”.
D. Se apoyan falsamente en sus sueños: Profetizan mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.
E. Se roban el uno del otro las manifestaciones que producen éxito: Hurtan mis palabras cada uno de su más cercano.
F. Hablan con gracia lo que el pueblo quiere escuchar: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas.
El problema con toda esta pretendida profecía y espiritualidad es que es de origen humano, no viene de Dios. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. Al no tener el respaldo divino, finalmente fracasará. Pero, ¿qué de los que se han confiado y seguido a toda esa mentira? Cuando se estudia lo dicho por los falsos profetas claramente se ve que contradicen por completos lo que verdaderamente enseña la Palabra de Dios. Los verdaderos profetas de Dios anuncian la venida de un terrible juicio: He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. Los falsos profetas por su parte declaran lo opuesto: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros.
Dios, en cambio, oyendo sus mentiras, dice: ¿quién [de ellos] estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? Los falsos profetas están tan entretenidos y satisfechos en sus inventos que no tienen tiempo para Dios, ni le dan importancia a Su Palabra. No lo buscan. No lo escuchan. No lo siguen. Dios, por lo tanto, los declara falsos e indignos de llevar su nombre: He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.
Busque: Jeremías 26:7-11; 12-15
En este pasaje se explica la manera en que el pueblo y los falsos profetas, maestros y pastores reaccionan ante la verdad dada por Dios y predicada por Jeremías. No solo la rechazan, pero procuran matar a Jeremías quien era el verdadero vocero de Dios. Nos interesa notar que el pueblo, junto a sus líderes religiosos, escucharon atentamente lo dicho por Jeremías, pero luego vino la reacción: Los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano, diciendo: De cierto morirás. Claramente ellos creían que el “falso” profeta era Jeremías. Es fascinante observar la manera en que la versión Septuaginta clasifica a estos falsos acusadores (nos referimos a la traducción de la Biblia del hebreo al latín que comúnmente es designada como la versión de los “LXX”, por el hecho de que fueron 70 traductores en Alejandría —entre los años 275-100 a.C.— los que hicieron esta traducción). En esta Biblia los falsos maestros son llamados “seudo-profetas”, claramente estableciendo que ellos eran los falsos y pretenciosos entes religiosos.
Se nota a la vez la rabia con que esos llamados religiosos tratan al verdadero mensajero de Dios. No lo reconocen como el profeta legítimo. Rechazan su mensaje. No lo toleran. ¡Lo quieren ver muerto como si él fuera el hereje! (Deuteronomio 18:20). Preguntan: ¿Por qué has profetizado en nombre de Jehová, diciendo: Esta casa [el templo] será como Silo, y esta ciudad [Jerusalén] será asolada hasta no quedar morador? Rechazan este mensaje verdadero, prefiriendo creer en sus inventadas mentiras. Aunque Nabucodonosor estaba por invadir a la ciudad y saquear el templo, ellos declaraban: “Dios nunca destruirá a Jerusalén ni a Israel su pueblo amado”. Adicional mente, vemos que cuando los oficiales oyen del tumulto e interfieren para proteger a Jeremías, los seudo-profetas dicen: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad. Al omitir la condenación que Jeremías había hecho del “templo”, estos malintencionados procuraron convertir la acusación en un asunto político: “¡Jeremías es un traidor; está contra la patria!” Con increíble audacia Jeremías defiende sus proclamaciones. No acortó su mensaje. No lo cambió. No lo suavizó.
Aunque le llevara a la muerte, este era el mensaje que Dios le había pedido predicar. A su vez se ve el corazón del verdadero siervo de Dios —se preocupa por el destino eterno de los hombres, y sorpresivamente, les da otra oportunidad para arrepentirse: Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios, y se arrepentirá Jehová del mal que ha hablado contra vosotros. Lo que nos impresiona sobre todo es que en la hora de gran prueba Jeremías sigue predicando y se mantuvo fiel y fuerte.
Busque: Jeremías 37:15-21 y 38:6-13; 28.
Aquí está la muestra del trato que recibe Jeremías por su fidelidad a Dios. El mensaje divino para este mundo pecador no es placentero: Viene con denuncias, con condenaciones, con demandas, con advertencias de un terrible juicio, pero todo mezclado con la buena disposición de Dios para perdonar y abrazar a los que se arrepientan. En verdad, la historia de los profetas en la Biblia es una de rechazo y sufrimiento, con pocas excepciones. Consideremos lo que le pasó al mismo Jesucristo, y los dolores sufridos por sus discípulos, especialmente el apóstol Pablo (véase 2 Cor. 11:18-30). Los verdaderos profetas de Dios nunca fueron populares, ni vivieron en palacios rodeados de lujosos automóviles , tres casas, viajando en avión constantemente. En fin, ¿cuáles son los profetas que en verdad necesita el pueblo? Para nuestro bien eterno, busquemos y sigamos a aquellos mensajeros de Dios que fielmente y sin temor a las consecuencias personales declaran el mensaje incambiable del Dios eterno. Y a cada uno de mis amados consiervos, les reto a que por ningún motivo cambiemos nuestro mensaje y prácticas doctrinales por atractivas que se nos presenten las ofertas. Los falsos profetas, pastores y maestros de nuestros tiempos siguen predicando su evangelio de “prosperidad”. Lo que no dicen es que la prosperidad es la que ellos están teniendo de todos los incautos que les siguen. Es triste decirlo, pero muchas de nuestras queridas ovejas son engañadas y devoradas por estos lobos rapaces. Por otra parte, debo dar un grito de alerta: ¡Cuidémonos de no cambiar nuestro mensaje a este mundo tan necesitado de Dios y de arrepentimiento! El apóstol Pablo recordó con grandes palabras al pastor Timoteo, “…ten cuidado de ti mismo y de la doctrina que enseñas…” Mi oración es que cuando el Señor venga, nos halle haciendo así. Bendiciones.