lunes, 15 de junio de 2015

SEAMOS MISERICORDIOSOS DIOS NO QUIERE SACRIFICIO
Escrito por: Margot Salas
“Porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos.” (Oseas 6:6)
La Biblia registra en el evangelio dos episodios en los que Jesús cita este pasaje de la Escritura.
El día que se acerca a un publicano o cobrador de impuestos de mala fama entre los judíos: Mateo. Luego de sentarse junto a pecadores y publicanos en una mesa, los fariseos reprochan a los discípulos “¿por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?” Mateo 9:11 Ante esto Jesús responde con argumentos que incluyen la siguiente cita: “aprended qué cosa es esta: Misericordia quiero y no sacrificio”.
Aquella ocasión en que los fariseos lo atacan por permitir a sus discípulos recoger alimentos en día de reposo, nuevamente cita al profeta Oseas: “si supieseis qué es: Misericordia quiero y no sacrificio” Mateo 12:7.
Temo que si el Maestro tuviera que citar nuevamente la Ley y los Profetas para entregar alguna enseñanza o amonestación a la iglesia cristiana del siglo XXI tal vez usaría por tercera vez este pasaje. Pueden o no compartir conmigo esta sospecha, pero lo seguro es que Dios quiso preservar estos dos episodios en la memoria de Mateo, y si negamos que estos incidentes tienen algún alcance para nosotros -actuales lectores del mensaje inspirado por Dios-, si decimos “este pasaje no se aplica a mi vida, sino a otros”, ésa es la mejor muestra de que lo necesitamos realmente.
A primera vista resulta muy incómodo asumirnos como destinatarios de estas palabras, y más si sabemos que los destinatarios anteriores fueron los judíos ritualistas en tiempo de los profetas y los fariseos en tiempo de Jesús-.
.DESTINATARIOS
A. Judíos ritualistas
La religión judía en el tiempo de los profetas estaba pasando por una seria crisis espiritual. En Isaías leemos:
“Príncipes de Sodoma,
¿Para qué á mí, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gruesos: no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.
¿Quién demandó esto de vuestras manos, cuando vinieseis a presentaros delante de mí, para hollar mis atrios?
No me traigáis más vano presente: el perfume me es abominación: luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades.
Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tiene aborrecidas mi alma: me son gravosas; cansado estoy de llevarlas.
Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos: asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré: llenas están de sangre vuestras manos.” Isaías 1:10-15
oid la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
Leemos en el Antiguo Testamento que los sacrificios eran “agradables a Dios”, pero al parecer sucedió algo espantoso, porque según Isaías, Dios estaba “harto” de los sacrificios y dice que el perfume –en otro tiempo suave y agradable para Él- pasó a ser abominable. ¿Qué había sucedido?, el pueblo había reemplazado el verdadero sentido de la ley por un sistema religioso de ritos externos, observancias y apariencias, con un corazón sucio y sin Dios.
Fariseos
Los fariseos fueron receptores directos de este estricto formalismo religioso. Fueron una secta que observaba tradiciones y leyes externas, pero al igual que los judíos ritualistas, su corazón estaba sucio y lejos de Dios. Juan el bautista se refiere a ellos como “generación de víboras” y Jesús los trata como “sepulcros blanqueados”.
Y nosotros
¿Cuántas veces nos hemos sorprendido a nosotros mismos, en el secreto de nuestros pensamientos, siguiendo una simple rutina religiosa semanal, de cultos, devocionales y servicios?
Generalmente, o le hacemos el quite a la idea de pensarnos a nosotros mismos como fariseos, o bien atribuimos el fariseísmo a determinadas sectas de actualidad. Pero ¿cuántas veces podríamos homologar las actitudes farisaicas con las nuestras?: basta poner la mira sobre los cultos y preguntarnos si nuestra presencia en ellos responde a una inercia ritual o si realmente nuestra alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuántos de nosotros habremos adquirido una conducta aparentemente cristiana por el mero contagio social, creyendo que ya no somos como el mundo? Dios no quiere adornar nuestra presentación personal “para ser vistos de los hombres”, Él quiere transformar nuestras vidas conforme “a Su imagen y semejanza”.
No creamos que este diagnóstico es exagerado: el mismo Señor dice a la iglesia de la Odisea “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.”(Apocalipsis 3:15). La carta a la Odisea es, con toda certeza, el mensaje que Dios tiene para la iglesia cristiana de los últimos tiempos. Nuestro exterior puede ser muy brillante, pero Él sabe lo que está en el corazón de cada uno, Él conoce nuestra realidad íntima. La naturaleza humana es muy cambiante a camuflarse bajo lo formal y lo externo, y a desentenderse o olvidarse de la fuente íntima de la que emana toda verdadera vida espiritual, toda correcta relación con Dios; es decir, del poder transformador de Cristo, a quien tanto resistimos cada vez que desea obrar en nosotros.
MENSAJE
El capítulo de Oseas 6:1-2 puede ser entendido en dos direcciones: como un anuncio profético y mesiánico; en este enfoque los primeros versículos hablarían sobre la resurrección de Jesús. Como un mensaje de tipo moral, según esta interpretación reconocemos en el pasaje la voz de Dios reprendiendo la conducta de su pueblo. Para este estudio he considerado únicamente la segunda línea.
A) Misericordia “Misericordia quise y no sacrificios”
Uno de los temas más desarrollados en el libro de Oseas es la misericordia de Dios, es decir, el amor perdonador y paciente que el Señor tiene hacia el pecador. Pero además hay continuos llamados a la misericordia entre los hombres, a modo horizontal. Leemos por ejemplo:
“OID palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová pleitea con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.”
“Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; arad para vosotros : porque es el tiempo de buscar á Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.”
“Tú pues, conviértete a tu Dios: guarda misericordia y juicio, y en tu Dios espera siempre.”
Podríamos creer a primera lectura que en este caso “misericordia” sigue la misma acepción que atribuimos a la misericordia de Dios, es decir, amarnos con un amor perdonador y paciente, lo cual es totalmente necesario, correcto y bíblico. Pero esta interpretación separa la palabra del contexto. Me parece que el significado que mejor concuerda con el mensaje de Oseas y con el sentido que le dio Jesucristo al pasaje no es el de misericordia como un “amor paciente y perdonador”.
Tratemos de imaginarnos la siguiente escena:
Jesús y sus discípulos caminan recorriendo las aldeas en un día de reposo y se detienen a recoger alimentos, en eso los fariseos reaccionan con celo religioso y se produce el siguiente diálogo
Fariseos: mira a tus discípulos, ¿acaso no saben que lo que están haciendo es un pecado?
Jesús: vaya, veo que ustedes realmente necesitan aprender a amar con un amor paciente y perdonador.
Sin duda el cuadro parece totalmente fuera de lugar, porque Jesús estaría dando la razón a los fariseos y admitiendo que sus discípulos están en pecado. El sentido de la palabra misericordia en esa ubicación significa “espíritu de la ley”.
A Dios no le importa la habilidad humana que tengamos para obedecer el sumario de leyes, sino que sepamos entender el sentido o espíritu que hay detrás de sus ordenanzas.
“Misericordia quiero y no sacrificio” equivale a decir: “no me interesa que cumplan formalmente con una sumatoria de ritos y leyes, lo que realmente me importa de ustedes es que haya un fuego interior, una sed de espíritu y una verdadera entrega”.
El Señor reconoce que hay una diferencia abismal en la escala de principios fariseos y los suyos. Jesús pone en primer lugar la moral interior, la santidad de espíritu, luego el orden ceremonial y ritual de tipo externo; de hecho el sermón del monte responde a esta escala valórica.
Conocimiento “y conocimiento de Dios más que holocaustos”
Es de notar que Jesús no cita la segunda parte del versículo: “y conocimiento de Dios más que holocaustos”. Sin duda es porque los fariseos realmente estudiaban la ley. Es cierto que erraban ignorando las Escrituras, y que hacían una lectura seca y frívola de ellas, pero al menos tenían letra, muerta pero letra. Lo que necesitaban era la misericordia, es decir, entender el espíritu de la ley, no seguir cultivando su conocimiento muerto de la ley.
Entre los cristianos del nuevo siglo, encontramos a quienes ni siquiera tienen letra muerta.
Muchas veces se oye citar las siguientes palabras del apóstol Pablo:
“El mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.” (2 Corintios 3:6)
Pero se usa en un sentido totalmente aislado de su contexto, para decir precisamente lo que Pablo nunca quiso decir a los cristianos. En discusiones entre cristianos, cuando alguien nos obliga a razonar acerca de lo que creemos, cuando alguien incentiva una sana discusión sobre asuntos de fe, solemos citar “la mucha letra mata”. Usamos este versículo a modo de excusa cuando no queremos ir más allá de nuestra comodidad racional.
Dios quiere que le rindamos un culto racional, Él no espera solamente que le ames con todo tu corazón y con toda tu alma, sino también con toda tu mente. Para que nuestro amor a Dios sea completo debemos poner nuestro intelecto en el altar del sacrificio, nuestro conocimiento como holocausto, es decir, entregado a Su voluntad y a Sus pensamientos.
La razón por la que el cristiano se vuelve frío, formal y vacío, y no llega al espíritu de las personas, es porque las personas se niegan a discutir y defender la fe, es decir, dialogar y razonar acerca de sus creencias. La religión se encarnó en el alma de los cristianos justamente en tiempos que era necesario pensar la fe, como en tiempos del imperio romano y la reforma, donde asumir la fe implicaba entenderla y dar razón de ella. Esto hacía arder la pasión por Dios en los cristianos.
La amenaza para el cristiano actual no se encuentra en la arena del circo romano o en las hogueras de la inquisición, sino en los ataques que arremeten los incrédulos a los fundamentos de nuestra fe. Ante esto, el plan de Dios es que estemos “siempre listos para responder a cada uno que nos demande razón de la esperanza que tenemos” 1 Pedro 3:15 El evangelio recibe ataques día a día y, ante tal adversidad, nuestro deber como seguidores de Cristo es estar preparados para defender nuestra fe, lo cual debiera expresarse fundamentalmente en el estudio apasionado de las Escrituras.
SI LA LENGUA TUVIERA HUESO A CADA RATO ESTUVIERA FRACTURADA.
Escrita por: Margot Salas
El único que conoce las mentes y los corazones es Dios y en aquel día todo será juzgado por El, cada acción cada palabra y el será el que condenara. Aunque sabemos que los desobedientes van al infierno no es porque Dios así lo desea mas bien porque ellos así lo deciden al escoger el camino de la muerte por encima del camino de la vida Cristo.
Muchos confunden:
el juzgar con justo juicio de Dios.Permitido por Dios Juan 7:24 . El juzgar con hipocresía no permitido por Dios Mateo 7:1
Dios a dado autoridad a todos los espirituales a juzgar con justo juicio de Dios mas no con hipocresía.
Todo juicio debe hacerse en las bases de la enseñanza bíblica, y no acuerdo a caprichos ni prejuicios.
Es decir, hay que corregir cuando sea necesario y no callarnos, no pasarla trapitos tibio al pecado ya que el que calla otorga y tolera el pecado. Mas hay una gran condición primero observemos: como esta tu testimonio y si estas dando fruto.
No juzgues a tu madre si tu no eres buena madre
En otras palabras no puedes reprender a un ladrón si tu haces lo mismo. No puedes corregir a un borracho si tu todavía sigues tomando. Estamos entendiendo...
Mas el juzgar con justo juicio se tiene que hacer bien sustentado con la palabra de Dios, quien es la que juzga todo, no debe ser por capricho, ni por opinión humana lo que yo siento sino que es lo que dice la Biblia la máxima autoridad.
Se corrige lo que es prohibido específicamente por la palabra de Dios.
El juzgar con justo juicio debe ser con amor y mansedumbre.
Este juzgar es para corregir y amonestar llamando la atención de aquel que esta caminando desordenadamente causando tropiezo en el evangelio, esperando que a través de la amonestación, recapacite y abandone su mal proceder y de fruto digno de arrepentimiento.
Pero tristemente hay muchos que no juzgan con justo juicio de Dios, sino por hipocresía y esto es condenado por Dios.
Regularmente estas personas son de mal testimonio y no dan fruto en la iglesia. Desean sacar la basura del ojo del prójimo mas ellos no se sacan primero la paja en el ojo de ellos para poder ver bien.
Que nos aconseja Santiago sobre la lengua:
Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. 3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; 8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
A. En la Biblia la lengua se describe en muchas maneras:
Job 5:21, como un azote;
Sal. 45:1, como pluma de escribiente;
Sal. 52:2, como navaja afilada;
Sal. 140:3, como serpiente;
Jeremías. 9:8, como saeta afilada;
Santiago. 3:6, como fuego. Seguramente la lengua es una fuerza mayor en el mundo.
El mal uso de la lengua es la ruina de muchos,
Proverbios. 18:6,7; Eclesiastes... 10:12.
Desde luego, la sede del problema no es la lengua misma, sino el corazón, Mateo. 12:34; Proverbios. 4:23.
Si purificamos el corazón, no habrá problema con la lengua.
D. El control de la lengua indica dominio propio en general,
Proverbios. 13:3; Proverbios. 21:23; Santiago. 3:1,2.
E. Por lo tanto, en este estudio se presentará una lista de los pecados de la lengua. Merece mucha atención, "Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado" Mateo. 12:37
Decir "Necio" o "Petulante" al hermano, Mateo. 5:22.
A. El tema del texto es el enojo, y las palabras "necio" y "petulante" son expresiones del enojo. Se emplean para menospreciar y expresar el desprecio.
La palabra "necio" es la palabra "raca" que en el arameo significa "insensato, cabeza vacía, bueno para nada".
La palabra "petulante" se traduce "idiota" significa un hombre inmoral, un rebelde reprobado. Son palabras duras, de juicio severo.
Hay varios dichos empleados comúnmente, en momentos de enojo, que caben en esta categoría. Parece ser cosa muy fácil y natural gritar "loco", "tonto", "estúpido", etc. Son términos despreciativos de juicio severo.
Cristo juzga y él dice "necios" Lucas. 11:40 e "insensatos Lucas. 24:25 también Pablo Gálatas. 3:1 y Santiago dice "oh hombre vano"
Aclaramos que hoy día hay muchos necios que andan en su propia necedad. Pero debemos tener cuidado como nos referimos a ellos ya que no es nada personal contra ellos pero si se les puede llamar la atención y citar la palabra de Dios. Podemos decir "La Biblia dice que son insensatos" los que no obedecen.
. Mentir, "afirmar lo que se sabe que es falso; inducir a error".
Proverbios. 6:17 "aborrece El Señor...la lengua mentirosa" (12:22).
Efesios... 4:25 "desechando la mentira, hablad verdad" (Col. 3:9).
1 Juan. 4:20 "Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, mentiroso".
Apocalipsis . 21:8 "todos los mentirosos...lago que arde con fuego".
Proverbios. 26:23 labios aduladores, corazón malo.
Proverbios. 26:28 "la boca aduladora hace resbalar".
1 Tes. 2:5 "nunca usamos de palabras halagadoras".
Proverbios. 28:23 el que reprende hallará mayor gracia (27:5,6).
Sembrar Discordia Entre Hermanos, Proverbios. 6:19; Romanos. 16:18.5. Juzgar Con Hipocresía, Mateo. 7:1-5 (según apariencias, Juan. 7:24).
Murmurar, Chismear
Quejas, críticas hechas con disgusto e indignación, Lucas. 15:2.. 1 Cor. 10:10 "No murmuréis, como algunos...perecieron"
Es como gasolina derramada sobre el cuerpo de Cristo; arde y puede en cualquier momento causar explosión.
D. El chismoso: Proverbios. 11:13; 16:28; 17:9; 18:8; 20:19.E. Fil. 2:14 "Haced todo sin murmuraciones y contiendas"; Saniagot. 4:11.
Contar los males de otros no es necesariamente chismear, hay ocasiones donde es necesario hablar por el bien estar de los demás especialmente si es mas peligroso quedar callados y ver una desgracia caer sobre muchos y la ruina será grande. Así que en estos casos hay que pedirle discernimiento a Dios cuando hablar y cuando no hablar.
1 Cor. 1:11. Los de Cloé sabían que la situación necesitaba de la atención de Pablo; le contaron para el bien de la iglesia.
Ni tampoco es chismear el exponer el pecado o el error, sólo que lo hagamos con amor y con el deseo de enseñar la verdad para salvarlos.
1. "Mejor es un regaño que manifiesta amor oculto. Fieles son las heridas del que ama" (Proverbios. 27:5,6).
2. La amonestación "No juzguéis" Mateo. 7:1,2 tampoco se refiere a reprender el pecado o el error. En el mismo capítulo Cristo lo hace. Al contrario, Juan 7:24 lo requiere; como también 2 Timoteo. 4:2, .
Maldecir, echar maldición, pedir o querer un mal a alguien,
Romanos. 1:30; 1 Pedro. 2:1 ("detractores"); Efes.. 4:31 "maledicencia".
A. En esto el hombre juega el papel de Cristo Mateo. 25:41 cosa que ni el arcángel Miguel quería hacer (Judas 9). Esta prohibido el maldecir.
Mateo. 5:44; Romanos. 12:14; 1 Pedro. 3:9; Santiago. 3:9, 10. Nosotros debemos bendecir en lugar de maldecir, aunque seamos perseguidos, calumniados.
Palabras con doble sentido, Deshonestas (Obscenidades),Groserías Efes... 4:29; 5:4.
Chistes sucios, palabras y expresiones de doble sentido, con implicación obscena,
No te rias de los chistes sucios que te cuenta el "hermanito" sino llamarle la atención con amor y dile eso no es apropiado para un cristiano.
Jurar A La Ligera,
Mateo. 5:33-36; 23:16-22; Santiago. 5:12.
A. Demuestra ignorancia, hipocresía y falta de cultura. No da ninguna fuerza a la palabra. Si la palabra no vale sin tales juramentos, tampoco vale con ellos. Nadie respeta a los que tienen que jurar cada vez que hablan.
Lo importante es que el buen carácter apoye lo dicho; luego una sencilla afirmación ("sí") o una sencilla negación ("no") basta.
También deben evitarse los juramentos suavizados: "Dios mío", "Válgame Dios", "Dios sabe..."
Son exclamaciones y expresiones huecas que usan en vano el nombre de Dios (Ex. 20:7), y deben eliminarse del vocabulario del cristiano.
*No digo que no digas "Dios mio" en forma de exaltar a Dios o en oración pero tristemente muchos parecen igual que el mundano o el ateo que cada vez que ven un accidente o se martillan el dedo con un martillo, exclaman: "Dios mio.." como una reacción pero no necesariamente porque lo están alabando.
Jurar significa afirmar o negar algo, tomando por testigo a Dios.
Hacer promesas A La Ligera, Eclesiastes. 5:1-6.11.
Murmurar (hablar mucho y sin substancia), con palabras malignas, 3 Juan. 10. ("de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio", Mateo. 12:36).
12. Hablar Demasiado. La sencilla verdad es que "El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad" (Proverbios. 13:3).
Desde luego, debemos abrir la boca para predicar a Cristo Hechos. 8:35 pero este proverbio se refiere a la tendencia común de algunos de hablar mucho sin hablar las cosas de Dios.
Santiago. 3:1-12 es un texto muy fuerte concerniente a la lengua. En verdad, es "un fuego, un mundo de maldad...contamina el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno".
Mateo. 12:37 "Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado".
Gálatas. 5:19-21, en esta lista de las obras de la carne la lengua se emplea directamente (como en las contiendas) o está bien involucrada. Se usa constantemente para incitar y promover estos actos carnales. Recuérdese que los "mentirosos" estarán con los homicidas, fornicarios y hechiceros "en el lago que arde con fuego y azufre" Apocalipsis. 21:8
Nos urge, pues, esforzarnos para "domar" la lengua (Santiago. 3:8).
Anécdota:
En una ocasión una mujer se la pasaba chismosiando y criticando por la ventana y decía:
"esposo mio esa pareja joven que tenemos de vecinos son puercos, no saben ni lavar bien su ropa y la ponen a colgar... que pena por ellos".
Esto paso por varias semanas. Al fin el esposo ya molesto se levanta a ver que tanto , la esposa se quejaba y dijo:
" ahora veo cual es el gran problema..."
presta un trapo le dijo a la esposa y que limpiara bien la ventana de ellos por dentro.
Ella lo hizo y de repente la ropa que ella miraba sucia ahora se miraba bien limpia esta mujer jamás había limpiado su ventana por dentro y así es nuestra vida, primero debemos limpiar por dentro nuestro modo de vivir, así podremos mirar distinto, juzgamos sin nosotros ser los primeros en cambiar seamos luz para los demás y no tinieblas
Aquí el problema no eran los demás sino que el problema estaba en ella misma y al tener la viga en su ojo pues no miraba bien a los demás.
Si hay chismosos en tu familia el funeral te va salir mas caro.
Tristemente cuando se muere un chismoso el gasto es doble porque se compra un ataúd para el y uno para la lengua ya que no cabe en uno solo.
Así que cuidado hay que dominar bien esa lengua en el nombre de Jesús..
NO HABLEMOS MAL DE LOS DEMÁS
Escrito por: Margoth Salas
De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos (Santiago 4:1)? Estas personas hablaban mal de otros, porque eran orgullosas, sentían envidia de los demás y, a la vez, la rivalidad los llevaba a enojarse. Motivados por el enojo abrían su boca para destruir a otros. Lamentablemente, muchos de nosotros pareciera que tuviéramos boca de calcetín: sólo la abrimos para meter la pata. Y tenemos serios problemas por eso, porque buscamos a veces desacreditar o destruir a la persona de quien se habla.
Seguramente estos judíos cristianos, como leeremos en unos momentos, estaban no solo sintiendo envidia y rivalidades entre ellos sino que éstas iban acompañadas del hablar mal de otros. Hablaban con el objetivo de destruir a los demás. Por eso eran rivales, se miraban como contrincantes, enemigos, recuerden que estamos hablando de los judíos cristianos de la época de Santiago.
Cuando alguien habla mal de otro, generalmente busca la destrucción de esa persona en la mente de todos los que escuchan sus comentarios. El que habla mal de otro, generalmente, repite los chismes y comentarios sin fundamento, sin siquiera tomarse el tiempo para verificar los hechos comentados. A veces se habla sin tomar en cuenta ni verificar los hechos comentados, el hablar mal de otros desacredita y destruye reputaciones. Debemos preguntarnos que dice la Biblia al respecto y Santiago, el hermano de Jesús, nos enseña en Santiago 4:11-12 donde leemos “Hermanos, no hablen mal unos de otros.
El hermano de Jesús nos exhorta a que no hablemos mal unos de otros. No solamente dice no hablar mal de otros, sino que dice no hablen mal unos de otros, porque unos hablaban de otros y otros hablaban mal de unos. Todos hablando mal. Sigue diciendo: Si alguien habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley, sino su juez. No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?”.
Jesús nos dijo en Mateo 7 claramente: No juzguen para que no sean juzgados. Nuestra responsabilidad no es juzgar. Este pecado es condenado a través de toda la Biblia, no sólo Santiago condena hablar mal uno de otros, también el salmista acusa al hombre malvado en el Salmo 50:20 que dice “Tienes por costumbre hablar contra tu prójimo, y aun calumnias a tu propio hermano”. David mira esta realidad y analiza lo que pasa con algunos de nosotros. Dice: Tienes por costumbre hablar contra tu prójimo y aún calumnias a tu propio hermano. Hay personas que ya adquirieron el mal hábito. Cada vez que usted se sienta a tomar café con ellos, o a comer con ellos surge una conversación en contra de alguien.
El Salmo 101-:5 dice:” Al que en secreto calumnie a su prójimo, lo haré callar para siempre; al de ojos altivos y corazón soberbio no lo soportaré. ¿Qué significa eso de “lo haré callar para siempre”? Que se muere. Dios en una forma drástica corrige esta mala práctica de hablar calumnias en secreto de un prójimo. Es delicado. En las cartas paulinas se está refiriendo a maledicencia, murmuración, calumnia. Pablo lo menciona entre los pecados característicos del irredento y malvado mundo pagano.
Cuando usted lee en Romanos 1, léalo completo, se va asustar de la lista de pecados que los romanos practicaron e hizo que ese imperio se desmoronara, pero déjeme mencionarle solamente los versículos 29-30 de Romanos 1: “Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres”.
Entre la lista de los pecados de los romanos que hicieron caer ese imperio, está el de chismoso y calumniador. Pablo en sus cartas condena este pecado. Y es uno de los que teme encontrar en la iglesia de Corinto. En 2 Corintios 12:20, les escribe y anuncia que les va a visitar, les dice: “…Temo que haya peleas, celos, arrebatos de ira, rivalidades, calumnias, chismes, insultos y alborotos”. Y está hablando a la iglesia de Corinto, que estaba llena de todos los dones del Espíritu Santo, que se caracterizó por las manifestaciones gloriosas del Espíritu Santo y, sin embargo, temo que estén llenos de calumnias, estén llenos de chismes.
En estos dos pasajes está inmediatamente relacionada la idea de calumniar, que es el pecado de aquellos que se reúnen en pequeños grupos y hacen circular, confidencialmente, informaciones fragmentarias recibidas a través de rumores que destrozan la reputación y el buen nombre de personas, que no están allí para defenderse. El mismo pecado traducido en este caso como calumnia es condenado en 1 Pedro 2:1, dice Pedro: Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia.
Santiago, Jesús, Pablo, Pedro, David, todos condenan el pecado de la calumnia, de las murmuraciones, así que esta es una falta condenada universalmente. Pocas actividades hay en las que la persona promedio encuentre mayor delicia que en el chisme mordaz, en contar y escuchar una historia escandalosa, especialmente acerca de personas prominentes. Y por eso es que hay programas de mucho rating en la televisión de sólo chismes. Y ahí estamos todos atentos, porque nos gusta el chisme. Debemos tener sumo cuidado.
Ahora Santiago condena la calumnia por dos razones principales. La primera, es una infracción a la ley suprema de la Escritura. ¿Cuál es la ley suprema de la Escritura? Es una pregunta que todo cristiano debe responder con aplomo, con seguridad y con propiedad. Santiago se opone a la calumnia y a la murmuración, porque es una infracción a la ley suprema de la Escritura, esa ley suprema está precisamente en la Carta de Santiago en el capítulo 2: 8 Hacen muy bien si de veras cumplen la ley suprema de la Escritura: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». ¿Cuál es la ley suprema de la Escritura? Ama a tu prójimo como a ti mismo. A Jesús le preguntaron un día: Señor, ¿cual es el principal de los mandamientos? ¿Cuál es el mandamiento más importante? Y Jesús les dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo. En Levítico 19:18 dice: “No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”.
Recuerden que prójimo es el más próximo. A veces pensamos que prójimo es aquel hambriento que está en India, en África o en Latinoamérica, pero nuestro prójimo es el que está más próximo, puede ser nuestro un familiar, nuestro amigo NUESTRAS HERMANAS La segunda razón por la que se opone Santiago a que hablemos mal los unos de los otros, es porque infringimos la ley suprema de la Escritura, que es amar al prójimo. Todo el Evangelio se reduce a amar al prójimo. En esto van a conocer que son mis discípulos -dijo Jesús-. ¿Cómo la gente va a reconocer que somos discípulos de Jesús? En que nos amamos los unos a los otros.
La mayoría de nosotros tenemos Biblia, no solo Biblia, sino colección de Biblias, pero la marca de que somos discípulos de Jesús es que nos amamos los unos a los otros. No importa que seamos flacos, negros, coreanos, cubanos, mexicanos, chaparros, altos, ricos, pobres jóvenes, viejos, hombres, mujeres, nos amamos sin importar lo que seamos, porque somos criaturas de Dios, y somos hijos de Dios. Tenemos que amarnos los unos a los otros.
La segunda razón por la que Santiago prohíbe que hablemos mal los unos de los otros, es porque es una violación de la prerrogativa de Dios. Hablar mal de nuestro prójimo, criticarlo, calumniarlo, insultarlo, es en realidad dictar condena contra él. Y ningún ser humano tiene derecho de juzgar a otro ser humano. El Derecho de juzgar corresponde a Dios y únicamente a Dios, sólo Dios tiene la prerrogativa de juzgar. Por eso es que leímos en Santiago 4:11-12 “Hermanos, no hablen mal unos de otros. Si alguien habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley, sino su juez. No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?”.
El único que puede salvarnos es Dios y el único que puede destruirnos es Dios, por eso cuando a usted le digan: están hablando mal de ti, usted no se aflija, porque el único que lo puede destruir es Dios. No teman a los que matan el cuerpo, dijo el Señor, porque el alma no la pueden matar, por eso es tan importante que nosotros seamos cumplidores de la ley suprema: amarnos los unos as los otros. Cuando hablamos mal de otros usurpamos la función que solamente le corresponde a Dios nuestro Señor. En lugar de hablar mal de otros, debemos hablar con los otros. Yo siempre le digo: en vez de hablar mal de sus hermanas hable con sus hermanas En vez de hablar mal de su esposo, hable con su esposo. De qué le sirve que vaya con todas las señoras 
a quejarse que su esposo le está dando solo 1 dolar para el gasto del mes, vaya y hable con su esposo y dígale: esposo, no me alcanza lo que me estás dando, yo sé que estás ganando bien y me estas dando poquito. En vez de hablar mal de su jefe, hable con su jefe.
No nos conviene hablar mal de otros, nos conviene hablar con ellos. ¿Esto significa que nunca podremos mencionar las debilidades de otros para no hablar mal de ellos? No. De ninguna manera, los hechos deben salir a luz. La Biblia dice que el que anhela obispado debe tener un buen testimonio de los de adentro de la iglesia y de los de afuera. A la hora de seleccionar a alguien para una posición en la iglesia, se debe decir la verdad en amor, no para destrucción sino para la edificación de aquellos a quienes guiará, si fuera seleccionado. Lo mismo ocurre en cualquier proceso de selección de personal en cualquier empresa, tenemos que analizar a la persona y ver si tiene las capacidades, las cualidades para llenar esa posición. Y es mejor decir la verdad en su momento. Recuerde que el principio de no hablar mal de los demás, tiene que ver con “destruir motivados por el enojo, la envidia o el orgullo”, pero podemos hablar la verdad. Usted ve que su hijo sale con una señorita de dudosa reputación y a usted le consta porque la ve que cada día sale con persona diferente en el barrio, tiene que decírselo, tiene que advertirle que no le conviene. Tenemos que advertir a nuestros hijos y a nuestros jóvenes.
Recuerdo a una señorita que decidió casarse con un joven, el que yo creía que no le convenía como esposo. Los senté a los dos y le dije por qué no era de la opinión favorable que se casara con ese bueno para nada. Y lo dije delante de él para que pudiera defenderse. Agregué que sus papás no querían se casara, sus hermanas, su familia y , porque era un muchacho agresivo, había golpeado a su esposa. La joven no hizo caso y a los dos años regresó y me contó su realidad. Tenemos que decir la verdad en amor para construir, no para destruir y nosotros tenemos que aprender si vamos a hablar algo, hablarlo en presencia del afectado.
A veces me ha tocado estar en situaciones bien complicadas con personas muy prominentes, pero me acuerdo de Natán. ¿Qué hizo Natán? ¿Hablar mal de David? No habló mal de David, no dijo que era un adúltero, no dijo que era un hombre infiel, no dijo que era un rey perverso. Él fue directamente con David y le dijo: Un hombre tenía cien ovejas y el otro tenía una oveja y le vinieron visitas al que tenían cien ovejas y éste fue al que tenía una oveja y le quitó la única que tenía, la mató y se la sirvió a sus visitantes.¿Qué te parece ese acto? Injusto, le dijo, porque teniendo cien ovejas, por qué le quitó a aquel la única que tenía, en lugar de matar una de las propias. ¡Ah, le dijo! Ese hombre eres tu David, por qué tu te quedaste con la mujer de aquel oficial hitita de tu ejército, ¿por qué no te quedaste con una de las tuyas? ¿Por qué te llevaste a la mujer de Urías. Y David en ese momento cayó de rodillas, se arrepintió, reconoció su pecado y el Señor lo perdonó. A veces nos toca ser como Natán, pero aún Natán un hombre de Dios, una mujer de Dios no hablan mal de los otros, va a con la persona directamente y con ella resuelve. ¿Cuántos se alegran que vinieran a escuchar un mensaje nuevo para cada uno de nosotros?
Como dije al principio, a veces decimos lástima que no vino mi tío, lástima que no vino mi hermano, mi amigo, este mensaje estaba bueno para él. A veces me lo han dicho así las personas hermana Margoth cuando usted da estas conferencias,, ese mensaje estaba bueno para fulano de tal, pero no vino, pero hoy que bueno que vinimos nosotros, porque este mensaje está bueno para nosotros. Todos somos culpables de este pecado. Todos hemos cometido el pecado de hablar mal del Presidente, del Diputado, del Alcalde, del Pastor, del líder de célula, del hermano que dirige la música, del compañero de trabajo. Todos hemos caído en este pecado alguna vez, pero ¿qué vamos a hacer ahora? Número 1 decirle a Dios: Perdóname Señor porque yo abrí la boca y metí la pata un millón de veces, me arrepiento. ¿Pero y ahora en adelante qué vamos a hacer? Efesios 4:29 dice: “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan”.
Hable para edificar, no para destrozar. Tengamos misericordia de los errores de los demás. A Veces nosotros somos inmisericordiosos y tomamos a una persona que cometió un pecado, cualquier clase de pecado y lo tratamos con dureza, sin compasión y lo destruimos. Nosotros debemos ser misericordiosos y llamar al hermano y con espíritu de mansedumbre, de humildad, restaurarlo. La actitud que debemos tener ante los errores de los demás, la encontramos en la palabra del apóstol Pablo en Gálatas 6:1 “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado”. A veces nosotros somos duros porque alguien cayó en pecado, pero se nos olvida que también nosotros podemos caer en ese pecado. Y ¿cómo esperamos que nos traten cuando caemos? ¿Cómo van a reaccionar? ¡Ah! Con la misma medida que medimos se nos volverá a medir. Y si nosotros somos misericordiosos y aprendemos lo que Jesús enseña sobre el perdón, Pedro le dijo: Señor, ¿entonces de acuerdo a la ley debemos perdonar hasta 7 veces? Y el Señor le dijo -no, hasta 70 veces 7-, pero eso no es para que usted empiece a llevar la cuenta, lo que está enseñando es que el perdón de Dios es infinito, es ilimitado, que cuando Dios nos perdona nuestros pecados, su misericordia es grande. Todos los que somos cristianos hemos pecado más de alguna vez y muchos muchas veces, ¿El Señor ha terminado con nosotros duramente? No, ha tenido misericordia y la misericordia de Dios son nuevas cada mañana. Y por eso es tan importante que antes de hablar mal de los unos de los otros, nos cuidemos cada uno, porque también podemos ser tentados. No debemos hablar mal de nadie, pues solamente existe un legislador y juez, Dios nuestro Señor. Solo Él puede salvar y destruir. Nosotros somos llamados a ser cumplidores y no jueces de la ley, por lo tanto hablemos sólo si vamos a edificar y a bendecir a los creyentes.NO HABLEMOS MAL DE LOS DEMÁS.https://www.facebook.com/mujeresguerrerasparaDios/posts/1591266411134695:0